La educación a lo largo de los años ha evidenciado diversas transformaciones las cuales se muestran en políticas unificadas mundiales resultado de debates entre diversos pedagogos y pensadores, donde se destacan orientaciones como:
El lugar privilegiado de la educación en el desarrollo de la sociedad moderna.
- la proclamación permanente del derecho que le asiste a toda persona de ser parte de la producción cultural de la humanidad.
La conciencia de contribuir a una sociedad educativa que se entorna más compleja y desafiante a su vez, como ciudad educativa.
El reconocimiento de la presencia en la sociedad, de educaciones que enriquecen y refuerzan los talentos adquiridos en la escuela
- la valorización creciente de la formación del ser humano a largo de la vida.
El esfuerzo por enfrentar creativamente las desigualdades y falta de oportunidades en educación dando un impulso a la educación para el desarrollo, en el ámbito del acceso a la educación básica y la alfabetización.
Estos compromisos se ratifican y evalúan en el Foro Mundial de Educación en Abril del 2000, en Dakar, Senegal, dando plazo hasta el 2015. Un avance en este encuentro fue la afirmación de la educación como un derecho fundamental reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos y el compromiso de lograr la educación básica "para todos los ciudadanos y todas las sociedades".
Nuestra realidad latinoamericana y especialmente colombiana, ha arrojado propuestas concebidas desde el contexto propio de nuestros países donde se cualifica un proceso de aprendizajes significativos en torno al empoderamiento de los sujetos educándolos como ciudadanos y actores de su propio desarrollo. Uno de los grandes exponentes es Paulo Freire que plantea un modelo denominado educación popular “sus prácticas se caracterizan por:
Propiciar la formación de sujetos ciudadanos con capacidad de transformar la realidad,
- establecer una relación indisoluble entre conocimiento y práctica.
Concebir una relación horizontal entre educador y educando mediada por el diálogo.
- relevar la didáctica grupal y participativa en el aprendizaje.
Articular las situaciones educativas al desarrollo de cambios locales y globales”
Esta pedagogía nos invita a contextualizar la educación, donde se transforma la relación unidireccional maestro - estudiante a una relación bidireccional, donde se educa hacia la conciencia (social, ambiental, cultural, política, económica etc.), donde el lugar de aprendizaje no se encuentra solo en claustro sino en el contexto que expresan toda clase de relaciones sociales.
Estamos ante una manifestación concreta de producción social de realidad que valora el ejercicio de prácticas socioculturales fundadas en el diálogo, forjadoras de relaciones humanas, sentidos de mundo compartido, acciones colectivas y liderazgos ciudadanos. (Nájera, 2003).
Durante muchos años se ha planteado el desligamiento de la escuela con la sociedad, pero muy poco se ha hecho al respecto. La pregunta que nos encausa en este problema, es: ¿Dónde esta la falla?. Si desde un inicio toda actividad pedagógica estuviera encaminada hacia la construcción de sociedad, la historia seria diferente, es ahí donde dilucidamos la solución. Para ello es necesario identificar el currículo pertinente en un contexto definido. El currículo proporciona un trayecto no lineal, un espacio donde converge el trabajo en grupo con una visión científica para la transformación de la sociedad. El currículo debe ser pensado en sí mismo y modificado según las necesidades e intereses de cada situación en particular. Ya no se pretende formar en la moral, capacitar para el trabajo o desarrollar habilidades del pensamiento, sino todo esto y más: resolver problemas sociales para mejorar la calidad de vida de una comunidad.
En este enfoque el proceso educativo y las estrategias didácticas, se construyen a partir de las necesidades sociales contextualizadas respondiendo a los problemas específicos de la comunidad. “El objetivo, entonces, es la contribución de la escuela a la transformación social. Los contenidos siguen siendo los inmanentes al desarrollo de las ciencias: cuadros, teorías, leyes y conceptos. Los métodos aquellos que corresponden a la construcción de la lógica científica. Las formas se equilibran en el proceso de enseñanza-aprendizaje, los estudiantes desarrollan no sólo sus habilidades de pensamiento sino también su personalidad; ellos son responsables de su propio aprendizaje; el docente será un líder, un ser tan activo tanto en el salón de clase como en la comunidad, su enseñanza será no directiva, un experto que ayuda a resolver problemas dentro y fuera del aula y que aprende junto con los estudiantes. Los medios harán énfasis en el trabajo en grupo, los talleres, en la dialéctica del desarrollo individual para la colectividad. La evaluación es cualitativa, a veces individual, a veces colectiva.
Aprendizaje Basado en Problemas (ABP).
El ABP es un método enmarcado en un modelo pedagógico que plantea un problema o situación de la vida real y sirve como detonador para que los alumnos cubran las metas de aprendizaje. A través del análisis de la situación problema, el alumno es capaz de determinar los contenidos, las habilidades y las destrezas que requiere aplicar para plantear una o varias soluciones.
Es importante señalar que el objetivo no se centra en resolver la situación problema, sino en que éste, sea utilizado como punto de partida para identificar los temas de aprendizaje y estudiarlos de manera independiente o grupal.
Este modelo pedagógico presenta una estrategia específica que puede ser empleada en diferentes contextos. Dentro de dichas alternativas didácticas podemos enumerar las siguientes:
Es un método de trabajo activo y autodirigido en el que los alumnos participan constantemente en la adquisición del conocimiento.
Primero se presenta un problema real, se identifican las necesidades de aprendizaje, se busca la información necesaria y finalmente se regresa al problema.
El aprendizaje se centra en el alumno y no en el maestro, ni en los contenidos.
Es un método que estimula el trabajo colaborativo en diferentes disciplinas. Se trabaja en grupos pequeños y se crea cierta interdependencia entre los participantes.
El maestro se convierte en un facilitador o tutor del aprendizaje.
Al trabajar con el ABP, la actividad gira en torno a la discusión de un problema y el aprendizaje surge a través de la búsqueda de soluciones.
Los alumnos aprenden en un ambiente ya sea cooperativo o colaborativo.
Los problemas tienen más de una respuesta correcta posible lo que promueve que los alumnos formulen preguntas, exploren alternativas y tomen decisiones.
Los alumnos localizan recursos con la guía del maestro.
Cada alumno evalúa su propio proceso, el de los demás miembros del equipo y el de todo el grupo. Durante la evaluación, el proceso es tan valioso como el resultado.
Aprendizaje colaborativo.
Al ser humano se le ha considerado un ser social por excelencia, que alcanza su desarrollo integral a través de la interacción con la sociedad. Si es así en su esencia, también lo debe ser en la forma de aprendizaje. Si bien, el aprendizaje es el resultado de la integración de diferentes estructuras y habilidades del pensamiento individual, se observa su desarrollo pleno a través de la relación con los otros.
A esta metodología la denominamos aprendizaje colaborativo, cuyas características fundamentales son:
Responsabilidad individual: todos los miembros son responsables de su desempeño individual dentro del grupo
Interdependencia positiva: los miembros del grupo deben depender los unos de los otros para lograr la meta común
Habilidades de colaboración: las habilidades necesarias para que el grupo funcione en forma efectiva, como el trabajo en equipo, liderazgo y solución de conflictos
Interacción promotora: los miembros del grupo interactúan para desarrollar relaciones interpersonales y establecer estrategias efectivas de aprendizaje
Proceso de grupo: el grupo reflexiona en forma periódica y evalúa su funcionamiento, efectuando los cambios necesarios para incrementar su efectividad.
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